Colaboración en Playea.es

Bucear desde la playa puede convertirse en una tortura

Buceo y Playa: parece la combinación ideal así que… ¿por qué no bucear desde la playa? Además, puedes dejar tomando el sol a la familia, amigos, pareja… en fin, a todos esos seres tan queridos con los que salimos de vacaciones y que casi nos miran mal cuando dicen… “¿pero otra vez te vas a bucear?”. O mi favorita “¿Hemos venido de vacaciones o a que tu bucees?”.

Pues con la botella de buceo en una mano y la nevera, la silla y la sombrilla en la otra, nos vamos a la playa. Camina desde el coche hasta la orilla con todo esto, y cuando ya creías que no podías más y que estabas casi buceando, queda la mejor parte, entrar al agua intentando mantener la compostura, que hay observadores.

Llega el gran dilema: aletas… ¿ponérselas dentro o fuera del agua?. 12 kilos en la espalda, otros tantos en la cintura que esta playa cubre poco y luego te flota el culo y, aletas en mano, entras cuando parece que menos olas hay. En realidad el mar no podía estar más tranquilo, pero tú te sientes como en la tormenta perfecta. Y entre revolcón y revolcón ves como donde habías colocado la sombrilla algo se mueve, activas el limpiaparabrisas de la máscara de buceo y de pronto te das cuenta. “¡¡¡Mieeerda!!!… La boya de señalización…”. Vuelta a empezar.Buceo desde playea.es

Buceas, una gozada, silencio, ingravidez, un montón de vida… y cuando no puedes estar más relajado recuerdas que ahora te toca salir del agua otra vez.

Recreas a tus acompañantes con un par de instantáneas para dejar constancia de lo poco dignamente que eres capaz de salir del agua, con una aleta en la boca, la máscara en el pie y el traje del revés, sin ver el momento de llegar hasta la nevera, coger una cerveza bien fresquita y tumbarte en la toalla a descansar.

Para entonces tu suegro, tu madre y hasta ese primo de Noruega que no conoces, han recibido un whatsapp con fotos de una ballena varada en la playa que, curiosamente, se parece mucho a ti vestido de buzo.

Así que ir a la playa está bien, bucear está muy bien, pero juntos son un dolor. Conclusión: coge un barco que te lleve a bucear y después de una inmersión como un señor, vete a la playa y ¡playea!

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